jueves, 22 de julio de 2010

El sapo común es de gran tamaño ya que puede llegar a los 15 cm de longitud. Sin embargo, al sur de la península ibérica se han visto ejemplares de hasta 18 cm.

Es de constitución compacta con una piel muy rugosa recubierta de glándulas secretoras de un líquido tóxico y irritante.

Presenta un tronco corto y ancho y una gran variación cromática ya que si el color más abundante es el marrón, los sapos comunes también pueden ser grisáceos, bermejos, de tonalidades más verdes y, a veces, con zonas más oscuras.

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