Es de constitución compacta con una piel muy rugosa recubierta de glándulas secretoras de un líquido tóxico y irritante.
Presenta un tronco corto y ancho y una gran variación cromática ya que si el color más abundante es el marrón, los sapos comunes también pueden ser grisáceos, bermejos, de tonalidades más verdes y, a veces, con zonas más oscuras.